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José Luis Thomas comenta El hilo del engaño

 El atractivo de la síntesis está en lograr la sutileza de lo efímero. Y es en este cruce donde la habilidad del escritor muestra sus facetas y la versatilidad para esgrimir con palabras ideas punzantes, disfrazadas de puerilidad.

Los temas pueden ser todos, los mismos o parecidos; los personajes salir de la realidad o de la fantasía y hasta intercambiarlos de manera impúdica con cierto desopilante final, pero lo que no puede faltar es la visión crítica que trama, esa especie de aguja invisible, que no es tal, puesto que el escritor es de carne y hueso, pero que, sin embargo, como un iceberg, la mayor parte está oculta y por lo que aflora se pueden vislumbrar las extensiones escondidas, en ocasiones reflejos en la transparencia.

Raúl Tamargo, narra con apariencia de inocente cuentero de café –no me atrevo a decir de fogón, porque la oscuridad circundante puede hacer que alguno de sus personajes se aparezca de pronto escapado de sus historias y nos avance sin piedad, amparado en las sombras- porque hasta cierto punto él pareciera que es piadoso, pero a medida que leemos y entramos en el desfiladero de sus palabras, sentimos la ironía, la crítica aciaga y todo lo que, tal vez, fuera de la pluma no se atrevería a cuestionar.

Inspirado en lo cercano, inmediato y en lo histórico, como en fábulas y leyendas, sus personajes  merodean al lector y lo ponen en jaque; no mate, más bien le dan una patadita que puede arrancar sonrisas o frunces de entrecejo, pero nunca lo dejan indiferente.

A medida que se lee se siente la sensación de que es un largo cuento –algo paradójico, puesto que son relatos breves- no por los temas, sino por el estilo suelto y claro, trabajado con una técnica desprovista de ripio.

Es interesante el punto de vista animal-humano y viceversa, creando una metamorfosis metafísica y una visión que amplía el espectro de la cotidianidad.

En suma, El hilo del engaño se lee con complacencia dinámica, es decir, motiva un placer literario que no abunda.

 

José Luis Thomas